El narcotráfico impacta en la violencia y favorece la inseguridad

Por la Redacción

SANTO DOMINGO, R.D.

No hay ninguna duda, el narcotráfico es un problema persistente en la región, y República Dominicana es un punto estratégico para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, Europa y el Caribe.

Esta situación fomenta el establecimiento de redes criminales en el país, que están directamente relacionadas con el aumento de la violencia, pues compiten por el control de rutas de tráfico y espacios para la distribución de estupefacientes.

El narcotráfico está ligado al sicariato y violencia de bandas rivales, así como con la corrupción policial y de organismos que tienen el deber de combatir ese flagelo, y la complicidad de representantes del Ministerio Público, de jueces e importantes figuras políticas, legisladores y funcionarios gubernamentales.

Incluso, expertos norteamericanos y agentes federales, ligados al combate del narcotráfico, aseguran que algunas autoridades, incluyendo altos oficiales policiales y militares, participan activamente para proteger las rutas de droga a cambio de sobornos.

Pusieron como ejemplo, que resulta extraño que en los grandes cargamentos de drogas ocupados en República Dominicana, en los últimos años, nunca aparecen los principales responsables.

Robos, asaltos y sicariato

De acuerdo con expertos, entre ellos oficiales generales en retiro, el robo y el sicariato son dos manifestaciones importantes de la violencia en las principales ciudades.

Y estos delitos, dicen, afectan especialmente a sectores urbanos con alta pobreza, desempleo y falta de oportunidades.

Aseguran que en el contexto urbano, estos delitos tienden a estar relacionados con el tráfico de drogas, el desempleo y pobreza extrema, y desintegración familiar por la falta de políticas públicas.

Desde luego, y eso es lo que dicen técnicos en investigaciones, el aumento de estos actos delictivos afecta la seguridad ciudadana, el turismo y la inversión.

Desde adentro

Para los técnicos en investigación, y RI está de acuerdo con ellos, el gobierno tendrá que enfrentar varios desafíos para intentar controlar la corrupción, el narcotráfico y la violencia, tanto dentro como fuera de la Policía.

Pero no sólo la corrupción operacional debe ser eliminada de la Policía, sino también la administrativa, que perjudica el buen desenvolvimiento en los operativos anti delictivos, especialmente cuando a las unidades no le suministran la cantidad de combustible que deben suministrar diariamente.

Lo primero que debe hacer el presidente Abinader, si realmente está interesado en enfrentar la inseguridad ciudadana, es reestructurar la Policía, para garantizar una mayor transparencia y profesionalización, lo que en la actualidad no existe en ninguno de sus principales organismos.

Luego de cambiar la estructura policial, el gobierno debe fortalecer los mecanismos de control institucional y supervisión de la Policía.

Posteriormente, y esto desde el gobierno, el presidente Abinader debe implementar políticas de prevención social, centradas en la educación, la generación de empleo y el desarrollo económico para jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Y, finalmente, aumentar la cooperación internacional para el fortalecimiento de la seguridad fronteriza y el combate al narcotráfico.

Sin embargo, estas acciones aún requieren de una mayor inversión, coordinación interinstitucional y compromiso para erradicar las raíces estructurales de estos problemas.

Esta tarea sería más difícil, por posibles vínculos de funcionarios de su gobierno, como se ha denunciado, con el narcotráfico.

Vea:

https://relampagoinformativo.net/panico-por-delincuencia-pn-fracasa-en-materia-de-seguridad/

https://relampagoinformativo.net/maltratos-y-corrupcion-aumentan-en-la-pn-inseguridad-es-alarmante/

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Fuente:

relampagoinformativo.net