En el 2024, la ‘nueva’ Policía fue un desastre

Buenos días…

Se va el 2024. ¡Qué bien! Que se vaya en paz y que jamás se repitan los sucesos ocurrido en este año de terror, en materia de seguridad, para los dominicanos. El 2024 fue un año de inseguridad, de ejecuciones policiales y de abusos y maltratos policiales, como nunca. De asaltos al por mayor y al detalle, incluidos a entidades bancarias. De incremento de los puntos de drogas, por dondequiera. De corrupción y de escándalo en la Policía.
En 2024 ocurrió lo que nunca había ocurrido. En Haití se descubrió el robo de municiones del Departamento de Intendencia de Armas de la Policía dominicana. Municiones que eran vendidas, principalmente, a criminales haitianos. A pandilleros de Haití. Municiones que podrían haber sido usadas, incluso, para enfrentar a las propias autoridades dominicanas en la frontera.
En el 2024, nuestra Policía Nacional fue bautizada como la “nueva” Policía Nacional, que al final se convirtió en la Policía del presidente Luis Abinader, pero lamentablemente, fue un desastre total, sin control, sin dirección, y donde salieron a la luz pública, numerosos escándalos, incluso, la publicación de auditorías que revelaron grandes irregularidades, gravísimos actos de corrupción.
Los tres principales altos mandos policiales, y algunos regionales, embarrados de corrupción.
Y lo peor, la familia del presidente Luis Abinader, específicamente, un hermano y una hermana, recomendando para director de la Policía, a oficiales generales, implicados o mencionados, en el pasado reciente, en actos de corrupción. Y si quieren las pruebas… Tenemos las pruebas.
Estamos luchando y seguiremos luchando hasta que el presidente Luis Abinader, coloque al frente de la Policía Nacional a un oficial sin cola, profesional, que sepa hablar y dirigirse a organismos internacionales, que trabaje día y noche, y que los fines de semana no se vaya a una casa campestre. ¿Construida con recursos del Estado? Si la Procuraduría lo investiga, tendrá la respuesta.
Queremos para la Policía a un oficial que no sea corrupto, que no sea payaso, que no sea un figurín, como el actual, ni un vago que le encanta andar de aquí para allá, y de allá para acá, en aviones.
La Policía necesita un oficial que tenga la mano dura, pero no ejecutando a ciudadanos, para ocultar otros hechos, sino aplicando la ley, los códigos, los reglamentos, y haciendo cumplir las normas policiales, en beneficio de la ciudadanía.
La Policía necesita un jefe, un directo que no engañe al presidente Abinader, que no recomiendo el reintegro de oficiales, puestos en retiro por estar vinculado al narcotráfico, como ocurrió con aquel coronel, vinculado a Figueroa Agosto, que pese a una sentencia del Tribunal Constitucional, que impedía su reintegro, lo reintegraron a la nueva Policía, porque en la vieja, a ese oficial no lo permitieron su reintegro.
Necesitamos en el país a un director de la Policía que no sea corrupto, que se apodere de los recursos del Estado, y mucho menos, que no se rodee de bandidos, de matones y de personas que negocien públicamente con narcotraficantes.
Incluso, entre los recomendados por allegados al Presidente, y especialmente por un ministro, vecino del Despacho del Presidencial, figura un oficial general que estuvo en La Vega, y durante su gestión, se armó una balacera, y mataron 4.
Ese general, recuerden, informó a sus superiores, que se trató de un “conflicto social”, pero al final, se estableció que mintió, que lo que ocurrido fue un pleito entre narcos, en un punto de drogas, y el jefe de ese punto era, nada más y nada menos, que un ex cabo de la PN, quien fue chofer de ese mismo general. Y ahora, un ministro, lo está recomendando para jefe de la Policía. ¡Qué vergüenza!
Necesitamos que, inmediatamente, entre el 2025, se convierta en un año de cambio en la Policía, y por qué no, en otras instituciones que están hundiendo la imagen del país, de funcionarios corruptos.
Necesitamos oficiales generales que logren rescatar la cacareada reforma policial, que los actuales jerarcas policiales, mantienen estancada en medio de un lodazal.
Es triste decirlo, pero es una realidad. Pese a los recursos invertidos por el presidente Abinader, la reforma policial está en manos de sepulcros blanqueados.
En fin, ¡Cógelo, Picante! no callará, no abandonará el tema policial, hasta que el Presidente no limpie la Policía, expulse a los corruptos y a los delincuentes de esa institución, y hasta que la población comience a transitar por la calle, sin temor, y los delincuentes estén en el lugar que les corresponde… En la cárcel.
Mientras tanto, pedimos al presidente Abinader, abrir los ojos y evitar, desde ya, la venta de ascensos en la Policía.
¡Atención, presidente! Ordene investigar, pues nos informaron que ya se está negociando, vendiendo ascenso, y si eso es verdad, es una vergüenza.
Y si venden los ascensos, como se está rumoreando, caeremos en el mismo negocio de los incentivos, que se han convertido en negocios lucrativos, igualito que con los combustibles… Investíguelo, Presidente. Investíguelo.

No sabemos, en estos momentos, cuál es el trabajo de los órganos de Inteligencia del Estado, que no perciben, ni siquiera, los escándalos policiales.

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Fuente:

relampagoinformativo.net

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