El 2025: fluir y conectar
Antes que todo, les deseo un buen año, con salud, prosperidad y bienestar, a todos los que dedican su tiempo en leer y reflexionar mi columna de todos los lunes, a los lectores de mis libros, o a los tertulianos en salud mental. El 2025 va a ser un buen año, si así usted lo decide con compromiso, voluntad y actitudes emocionales positivas. O sea, los pensamientos positivos forman sistema de creencias optimistas y de esperanza, de donde confieren comportamientos positivos y de donde se desprenden buenos resultados de vida.
He combinado dos conceptos: voluntad y esperanza para este año. La voluntad expresa la capacidad que tenemos para armar objetivos y metas, más la confianza de poder alcanzarlo debido a nuestra capacidad de insistir, persistir y de resistir. Mientras que la esperanza es la pasión de lo posible, y lo pasible, que se construye en el día a día.
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La voluntad tiene más poder que la inteligencia, debido a la firmeza, convicción y confianza en lograr resultados de vida.
Las personas que no fluyen en la vida tienen como trampa la falta de voluntad, falta de esperanza y poco o ningún deseo de superación personal.
El que no fluye se siente estancado por años en diferentes áreas de la vida: en los estudios, en lograr un empleo decente, una pareja sana, construir una familia, lograr propósitos, gerenciar la vida de forma integral, salud, bienestar emocional, social y espiritual.
Todos estos propósitos son objetivos procrastinados, truncados y dormidos que se quedaron en simples aspiraciones. Las consecuencias psicoemocionales y sociales van en este orden: ansiedad, depresión, inadaptación, culpa, desesperanza, frustraciones, decepciones, enojo y rabia consigo mismo.
Para fluir en la vida hay que tener madurez, inteligencia, voluntad, espíritu de competencia, disciplina, y alta dosis de persistencia y coraje, debido a que siempre aparecen piedras u obstáculos en el camino a las que hay que quitar para no detenerse, ni abandonar las metas.
Para conectar en la vida hay que ser suficientemente reflexivo, adaptativo y capaz de revisar las actividades emocionales.
Las personas rígidas, orgullosas a lo extremo, resentidas y con tendencia a personalizar las diferencias se les hace difícil conectar de nuevo.
Siempre se ha dicho sobre la limpieza emocional del closet o vaciar la mochila o viajar ligero, o sea, sacar todo lo tóxico o las actividades emocionales negativas; o pasar la página, cerrar procesos dolorosos para poder avanzar en la vida.
Las personas que conectan en la vida poseen empatía emocional, asertividad, positivos y cultura de buenos tratos con las demás personas.
Hay que aprender a decir no, pero no confrontar por confrontar. El que fluye y conecta con la vida avanza más, llega más lejos y con la carga más liviana.
En este 2025, empecemos por limpiar el closet emocional, permitir “el dejar llegar” las cosas buenas de la vida, pero también, “el dejar salir” y poner límites a todo aquello que sea tóxico, y poco oxigenante.
Es un buen año para trabajar el auto merecimiento, la autocompasión, la bondad y la gratitud. Además, la reciprocidad, para fluir y conectar con la pareja, la familia, los amigos y la vida.
Buenas energías para el 2025, asumirlo con los mejores propósitos y los hábitos saludables, con buena salud mental para todos.
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Fuente:
https://hoy.com.do
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