Presidente, ¡por Dios!, frene los abusos policiales y la inseguridad

Buenos días…

Dime con quién andas, y te diré quién eres…

Esta frase le cae muy bien al llamado «presidente electo» de Venezuela, Edmundo González Urrutia, y nos referimos a parte de los integrantes del grupo llamado «Idea», que busca inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela, ya que en sus países, carecen de popularidad y prestigio.

Por cierto. ¿Quién es el dueño, el creador de este grupo? ¿Será cierto, que es cierto, que es un tal Nelson Mezherane, dueño de un famoso banco que operó en Venezuela, y que fue acusado de estafar a miles de venezolanos? Mami, ya yo sé lo que quiere el negro.
Los abusos policiales y los maltratos en el país, ya se están pasando de límite, ¿o es que sus autores quieren hacer saltar al presidente Luis Abinader, o enterrar su ya deteriorada imagen política, o hacerlo ver como un caudillo, al estilo de Joaquín Balaguer, en sus históricos 12 años, donde la ciudad vivía en constante temor por la represión política?
Ahora vivimos con temor por la inseguridad ciudadana, por la delincuencia, aunque Faride Raful lo quiera negar, y si no es así, vamos pa’ la calle, para que la gente se exprese, y hable del terror que se vive por causa de los delincuentes y sus protectores.
El presidente Abinader debe frenar la represión, los maltratos y abusos policiales, porque pareciera que estamos viviendo, igualitos que en aquellos famosos 12 años de JB.En esa época, cuando el padre de la hoy ministra de Interior y Policía, así como otros miles y miles de jóvenes de aquella época, eran víctimas de la represión política, de la persecución sin límite del gobierno balaguerista.

Ahora, a parte del miedo y temor que impone la delincuencia, la gente, lamentablemente, no cree en la Policía, y eso es penoso, porque la mayoría de los miembros de esa institución, son hombres y mujeres, que dignos y honestos.
Sin embargo, hay un grupito, de altos mandos, y hasta de pequeños mandos, que parecen estar guisando con sus fechorías, haciendo daño a la imagen de un hombre que ha tratado de transformar, sin éxito, a la Policía.

Ese hombre es el presidente Luis Abinader, que no le quepa duda a nadie. Con la Policía, ha cumplido, al menos en lo económico, con su promesa de mejorar el salario. Pero, lamentablemente, no ha sabido dirigir esa institución, ha sido muy débil ante los abusos, la corrupción y escándalos policiales. No ha sabido escoger sus fichas, y si no investiga bien las barajas, podría caer en el mismo gancho.Los actuales altos mandos policiales, sin lugar a dudas, constituyen, con muy poca excepción, una vergüenza para la nación y para su propia institución.Imagínense, hasta el director de la Policía Nacional, en Santo Domingo Este, Boca Chica y Guerra, está aspirando, lo están promoviendo para director de esa institución. ¡Qué vergüenza!
Si Abinader se equivoca, y nombra como director de la Policía al general Eddy Pérez, nos llevará el mismísimo Lucifer, porque no ha podido, siquiera, controlar la delincuencia en un pedacito de tierra, y ahora en el país.
Este general, sin lugar a duda, sería peor que Guzmán Peralta, que ha sido lo peor que ha pasado por la jefatura de la Policía, en toda su historia. Eso dicen, los que conocen la historia de la Policía. Nosotros decimos que, de 1978 a la fecha, no ha pasado otro como él, con una gestión tan desastrosa, que incluso, superó ampliamente la gestión de Nelson Peguero Paredes.

Es cierto, Faride Raful es una dama bella e inteligente, que jugó un papel protagónico en la oposición, pero como senadora, fue ampliamente criticada, por apoyar o ignorar, lo que criticó todo el tiempo, cuando era opositor. Ejemplos: Los préstamos.

Pero, como mujer, hay que respetarla y no debemos usar un lenguaje soez para desprestigiarla, aunque como ministra, ha sido un desastre. Aunque ella lo niegue, no ha logrado sacar la reforma del lodazal, donde la dejó su compañero de partido, Jesús Vásquez, y lo podemos demostrarlo dónde ella quiera y a la hora que ella quiera.

Pero, un consejo a la ministra Faride. El que dice lo que no debe, escucha lo que no quiere. Quien siembra viento, cosecha tempestades.
¡Seguiremos, adelante! Por cierto, Ángel Martínez es peligroso, pero no violento. No tocará a una mujer ni con el pétalo de una flor, pero le saca los pañales sucios a cualquiera que se atraviese en su camino, para hacer que la población conozca quién es quién, y la justicia actúe con precisión. Por eso, sus misiles son peligrosos y precisos. Ya enteró a la población, de lo que no tenía que enterarse. Hasta nosotros nos quedamos con la boca abierta, de lo que reveló de esas dos chicas, que hoy son ministras, aunque una, dicen, que renunció a su cargo.

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Fuente:

relampagoinformativo.net

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