Después de la Feria del Libro
Por encima de las lluvias amenazantes era imposible dejar de lado la asistencia a la inmensa diversidad de contenidos , propósitos y objetivos que nos ofreció la Fil 2024 en los múltiples pabellones de la Plaza de la Cultura.
Como siempre se repitió el jolgorio de las escuelas primarias, entusiastas y felices de acudir a un evento, que sin estar muy preparados por sus escuelas, llegan a él , con el entusiasmo de todos los niños y las niñas del mundo, todas y todos los adolescentes, contentos de viajar a la capital y deambular por los pasillos , los senderos que les llevaban de un lugar a otro a maravillarse de unos libros que nunca tendrían la oportunidad de tocar en sus centros escolares.
Este toque de públicos jóvenes es un éxito por la cantidad de asistencia , porque al fin y al cabo solo el tiempo determinará en cada una o cada uno de ellos las huellas del recuerdo ,que dejará en su formación encontrar el regalo de un libro por asistir a dos actividades, apuesta bonita y con objetivo de llegar al libro, Me gustó esta iniciativa, e inclusive muchos adultos la gozaron con disfrute y contentura, En este aspecto el concepto Feria alcanzó un resultado democrático y popular que se debe mantener.
El espacio infantil se manejó con un criterio pedagógico y lúdico muy organizado y pensado con una maravillosa sinergia entre píntame un cuento y escríbeme una ilustración , un dibujo, elementos esenciales para desatar la palabra y la imaginación. Los niños todos estaban felices, abiertos al conocimiento, al juego y a la creatividad ojalá que esta experiencia sea retomada en las instituciones educativas y escolares todo el año, para volver al lenguaje como instrumento de inteligencia y conocimiento.
Personalmente disfrutamos mucho la presentación de la antología de literatura infantil con “Palabras que trae el río”, así como la exquisita técnica de paisaje sonoro con la dinámica conducción de Patricio León.
Ese día volvía a ser niña, e inclusive, compré “La patineta roja de mamá gallina”, de Dulce Elvira de los Santos, y lo tengo en mi biblioteca como una joyita, pero no dejé atrás “Café con la elefanta” , de Haydee Zayas de Puerto Rico.
Este año el Pabellón Infantil tuvo una profunda e intensa coherencia pedagógica que fue una auténtica Feria del libro Infantil. Las propuestas fueron intensas y variadas y, si en este ensayo iniciamos con ellas es porque para nosotros este fue uno de los éxitos mayores de la Feria, cumplir pedagógicamente con la atracción de las futuras generaciones de adultos hacia un libro, un autor, un mundo, Tener en esta FIL 2024 un Pabellón Washington Heights, confirma por fin el reconocimiento a nuestros autores de la otra orilla que son una auténtica marca-país en el mundo de la literatura en este primer tercio del siglo 21, disfrutamos el encuentro de “Poesía y resistencia” con los poetas Carmen Yánez de Chile, Helena Sampedro Colón de Puerto Rico.
La dimensión internacionalista de la Fil 2024 nos confirmó un nivel universal que, desde su creación, supieron darle a la Feria cada Director, desde su nacimiento hasta hoy. Felicitamos que a través del tiempo se mantuviera esta dinámica.
En muchos encuentros nos hemos deleitado con una FIL, pensante, con conferencias que han permitido reflexionar, pensar, meditar y nutrirse de elementos necesarios a todo intelectual como estos ejemplos “Descrédito de la ficción, apogeo de la mentira” con la excelente exposición del español, que yo diría vasco, Bernardo Atxaga, como también el conversatorio lectura “Destejer el tiempo” con Yolanda Castaño de España y la dominicana Lery Laura Piña..
Hemos prestado mucha atención por nuestra implicación en el bilingüismo y en la traducción en el conversatorio “Traducción habitantes de Babel” con Bruno Apaia, de Italia, José Manuel Fajardo, de España, y Rhina P. Espaillat, de Estados Unidos.
Tema fundamental para la vehiculación literaria en nuestro mundo global y para nuestro Caribe, cuya literatura pertenece a todas las lenguas occidentales y cuyos lectores se ven frustradas por la pobre y escasa traducción de sus obras, a pesar de los inmensos esfuerzos de muchas editoriales en busca de autores.
La presencia de autores dominicanos residentes en Nueva York, abrió la ventana a la intelectualidad de nuestro país que desde varias décadas cruzaron el charco y nunca dejaron de llevar en alto las letras dominicanas el pensamiento y la cultura, Tener entre nosotros a Rhina P, Espaillat fue un regalo merecido para ella y un honor para sus lectores y seguidores.
Los encuentros, los reencuentros más allá del tiempo medible fue para nosotros la posibilidad de volver a escuchar a Miguel Aníbal Perdomo, residente en Estados Unidos desde hace varias décadas pero a que la Feria lo pone presente en su tierra. Miguel Anibal, hacía casi 35 años que no le había oído ni reencontrado; sin embargo, me hice público de ese intelectual sutil , delicado, tierno y matizado lo escuché y saboreé con la memoria encendida de mi admiración desde siempre .
Todos lo días fueron intensos, por encima del tiempo, asistimos , programa en mano feliz del homenaje y dedicatoria al poeta Mateo Morrisson, amigo, hermano, ciudadano y hombre de bien cuyo pabellón evidenció la grandeza de su obra, la generosidad de su militancia, la particularidad excepcional de sus versos y el entusiasmo de sus miradas al mundo.
La plaza de la Cultura es el espacio ideal para libros, escritores y editoriales . Desde nuestra humilde experiencia en varios salones del libro de las Américas y Europa, pensamos con seriedad que deben de ser invitadas más casas editoriales y no solo españolas, tenemos grandes países con inmensas editoriales cerca en México, Colombia, Estados Unidos, Canadá, referencias importantes en las políticas de la traducción como Francia, Italia, Portugal, Brasil, en este sentido se han iniciado muchos esfuerzos pero se debe sistematizar más en abrir la literatura dominicana a la apuesta universal de la traducción u publicación.
La Fil no puede hacerlo todo, las delegaciones plenipotenciarias en la diversidad de países, a través de sus misión diplomática con la cultura ,podrían trabajar todo el año en la búsqueda de esa cooperación, Dicho todo esto por encima de los matices anunciados la ciudadanía puede estar orgullosa de su Feria y las autoridades también.
Una Feria abierta, generosa, amable dispuesta con la sonrisa permanente de Ángela Hernández, el ojo claro y prudente de Joan, el glamour de la ministra, el entusiasmo del pueblo y de la juventud, Ahora bien, ojo, resuelvan los parqueos, no más guaguas dentro de la Feria.
Concluyo diciendo que me quedo en Washington Heighs, con las ganas de volver a leer todas las páginas de la otra orilla, con las ganas de volver a Rita Indiana, Wendy Guerra, que me hicieron mucha falta.
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Fuente:
https://hoy.com.do
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